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Resiliencia y creatividad en la adversidad



Por: Fabiola Torres Rodríguez Bueno
Psicóloga y Psicoterapeuta Gestalt. Especialista en Psicoterapia Gestalt con Adolescentes. Educador Mindfulness

Palabras Clave: Resiliencia, Creatividad, Bienestar, Salud Mental, Psicoterapia Gestalt, Ajuste Creativo, Espontaneidad, Novedad
Resiliencia y creatividad ante la adversidad

 
15 de abril de 2020
 
El otoño cambio a primavera, los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses, los meses aún no sabemos… Y es que lo único seguro en esta vida es el cambio. Todo cambia, todo pasa, nada es para siempre.  
 
El cambio nos reta, nos exige, nos invita, nos pone a prueba; necesitamos ante él poner en marcha nuestra flexibilidad, nuestra creatividad, nuestra capacidad de transformación, pues de lo contrario, si nos mantenemos rígidos, si no nos movemos con él, nos podemos quebrar.
 
Parte inevitable de la vida son los cambios y las dificultades, a veces pequeñas, pero muchas otras grandes e incluso hasta dramáticas. Para la mayoría es fácil lidiar con los pequeños cambios y movimientos, o con aquellos que fluyen con el curso de la vida y que muchas veces pasan incluso inadvertidos; pero no es lo mismo cuando hablamos de los cambios inesperados, abruptos, dolorosos, aquellos que tambalean todo lo que teníamos por seguro, que derrumban nuestras rutinas y formas de vida, que nos sacan de nuestro ya conocido ritmo habitual. 
 
Estos cambios; los difíciles, los dolorosos, los inesperados; asustan y sacan a la luz nuestras dificultades, nuestros miedos, nuestra fragilidad, nuestra vulnerabilidad, pero también pueden hablarnos de nuestros anhelos, nuestras esperanzas, nuestras fortalezas. El que la balanza se incline hacia este segundo lugar es una destreza y una habilidad personal, pero también es una destreza que se puede buscar y desarrollar. 
 
Hace tiempo surgió con fuerza un término usado originalmente en la física y la química, que hace referencia a la capacidad del metal para volver a su forma original a pesar de los golpes, es un término que habla de su maleabilidad y que, adoptado por la psicología y otras ciencias sociales, nos ayuda a entender la capacidad de los seres humanos para reponerse, o salir adelante a pesar de las situaciones estresantes o adversas de la vida, para no ser “afectados” por ellas, o incluso, para dejarse transformar y crecer ante la dificultad.
 
Este término es Resiliencia, adoptado y divulgado por Boris Cyrulnik (neurólogo, psiquiatra, psicoanalista y etólogo francés), quién lo retomo de los escritos de John Bowlby, autor de la teoría del apego. El amor, la amistad, descubrir el sentido de la vida, la autoestima, la habilidad para relacionarse con los otros, la creatividad, la iniciativa, el sentido del humor, el pensamiento crítico, la capacidad de introspección, la esperanza, la fe, entre otras; son habilidades que se han observado en las personas resilientes, que también se puede decir, son personas que gozan de bienestar emocional y salud mental.
 
La creatividad, si bien forma parte de las características de las personas resilientes, es un tema apasionante que requiere atención especial e individual, es un recurso que tiene mucho que aportar. La Psicoterapia Gestalt ha puesto especial atención en ella, Goodman (1951), denominó ajustes creativos a nuestra necesidad espontánea de encontrar la mejor solución frente a todos los elementos disponibles en un momento dado, incluyendo lo que soy ante una situación, y la necesidad, si es el caso, de permitirme actuar con novedad y espontaneidad.
 
Estar en el mundo, con todo lo que eso implica, requiere nuestra capacidad de negociar, de ajustarnos, ceder, proponer, aceptar o rechazar, y esto ante los grandes cambios se vive con mayor intensidad. Un ajuste creativo sano necesita integrar las necesidades propias, la relación con el entorno, con la situación, con los demás, y ante todo ello encontrar la mejor manera de estar. Implica el momento en que logro adoptar mi estilo, lo que soy, frente a lo que la nueva situación me exige en este momento, hacer con lo posible lo mejor posible, vivir de la manera más creativa de la que soy capaz con los elementos que tengo a la mano al tiempo que me permito percibir e interpretar lo nuevo que me presenta la vida.
 
Goleman (2009) habla del espíritu creativo como algo que anima un estilo de ser, una vida llena del deseo de innovar, de explorar nuevas formas de hacer las cosas, de convertir los sueños en realidad; un espíritu y una forma de ser que es de vital importancia para todo lo que hacemos en cualquier aspecto de la vida. Ante las crisis y los cambios tenemos dos opciones: dejarnos vencer o sobreponernos y salir fortalecidos. La resiliencia y la creatividad van más allá de solo adaptarnos, implican transformarnos, crecer, reconstruirnos, reinventarnos…
 
Si quiero actuar como actuaba ante lo que ya no está o actuar ante lo que aún no llega, me alejo de mi presente y me pierdo la oportunidad de vivir con plenitud, novedad y espontaneidad una experiencia que puede ayudarme a avanzar. La vida trae para nosotros cosas inesperadas, pero si les damos la oportunidad, pueden convertirse en ocasión de metamorfosis, en una transformación que nos permita cambiar el dolor, la crisis y la dificultad en una gran obra de arte humana. Pueden ser el escalón que nos ayude a llegar a dónde de otra forma no hubiéramos logrado llegar.
 
Dicho de otra manera, la resiliencia es el arte de rehacerse en relación con el otro, y la creatividad es una pieza fundamental para dejar a esta transformación pasar.
 
Esto no quita lo difícil de los cambios, las rupturas, la incertidumbre, las pérdidas, el miedo, la falta de apoyo, de contacto humano. Es importante surfear toda la ola de emociones que surgen con ello, es imposible no sentir, sin embargo, nos podemos redescubrir en nuestros miedos, nuestras fragilidades, nuestra vulnerabilidad y reestructurarnos a partir de las nuevas situaciones y necesidades.
 
Todas las personas tenemos la capacidad de sobreponernos a un estímulo adverso, pero el uso decidido y firme de esta capacidad es lo que nos hace realmente resilientes y para ello la creatividad es una herramienta fundamental, que si no tenemos desarrollada podemos aprender a desarrollar.
 
Las crisis pueden ser una oportunidad; si sabemos aprovecharlas pueden darnos un nuevo aliento de humanidad. Todo puede volver a comenzar, puede transformarnos si le damos permiso tanto en lo individual como en lo social. La pregunta es; si ante los grandes retos, cambios y movimientos de la vida seremos destruidos o transformados y fortalecidos
 

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